Innovación y colaboración: la fusión de tecnología punta y la experiencia local que transforma el hormigón prefabricado en Hungría.
En un movimiento estratégico que promete transformar el panorama de la construcción, Moldtech anuncia su incursión en el competitivo mercado húngaro. La empresa, reconocida por su liderazgo en tecnología y equipamiento completo para el prefabricado aplicado a la construcción con hormigón, apuesta a consolidar su presencia en una región que ha surgido como un verdadero epicentro de innovación en este sector.
El mercado húngaro de construcción de hormigón se caracteriza por un crecimiento sostenido, impulsado por inversiones en infraestructuras y desarrollos urbanísticos de gran envergadura. La modernización de técnicas constructivas, junto con la implementación de normativas que favorecen la eficiencia y la sostenibilidad, han convertido a Hungría en un terreno fértil para la adopción de nuevas tecnologías. Empresas locales e internacionales se muestran cada vez más abiertas a integrar soluciones que optimizan la calidad y durabilidad de las estructuras, lo que posiciona al país como un mercado clave para líderes del sector como Moldtech.
Esta nueva etapa en la estrategia internacional de Moldtech subraya el dinamismo y las oportunidades presentes en la industria húngara de construcción. Con este movimiento, se espera que la sinergia entre tecnología punta y el sólido mercado de hormigón de Hungría abra la puerta a nuevos proyectos.
Colaboración con ÉPI: calidad e innovación en la prefabricación
La empresa con la que colabora Moldtech, con más de 30 años de trayectoria, Épszerk – Pannónia Invest Construcción Ltd. (ÉPI) se ha consolidado como una de las principales empresas de construcción en Hungría. Especializada en estructuras de hormigón armado monolítico, ha participado en cientos de proyectos que van desde edificios residenciales y comerciales hasta infraestructuras industriales de alta exigencia. Su crecimiento ha estado marcado por la innovación, la calidad certificada y una red de subcontratistas confiables, lo que le ha permitido expandir sus actividades tanto a nivel nacional como internacional en países como Francia, Austria y Rumanía. Con una planta propia de prefabricados de hormigón y una apuesta constante por la modernización, ÉPI sigue evolucionando para responder a las necesidades del mercado con soluciones constructivas de vanguardia.
Japport Ákos, ingeniero de desarrollo tecnológico y prefabricación de ÉPI, destaca la importancia de la calidad en la fabricación de elementos prefabricados y su impacto en el éxito de los proyectos:
“Nuestra misión es priorizar la calidad en la fabricación de elementos prefabricados, asegurando el éxito y durabilidad de los proyectos de construcción. Ofrecemos una cartera de productos diversa, que incluye muros macizos y sándwich, estructuras lineales (columnas, vigas) y una amplia gama de pedidos personalizados. Entre ellos se encuentran los elementos decorativos del techo, el mobiliario urbano y los componentes para la arquitectura del paisaje y el jardín. A través de nuestro compromiso con la excelencia, nos esforzamos por ofrecer soluciones innovadoras y confiables para cada proyecto”.
Uno de los proyectos más recientes de la compañía, en colaboración con Moldtech, se desarrolló con total fluidez. Ákos enfatiza la eficiencia del proceso y la profesionalidad del equipo:
“Desde el presupuesto inicial hasta la realización del pedido, pasando por el detalle de cada aspecto, la organización de la entrega y, finalmente, la finalización del montaje, ¡todo se manejó de manera eficiente y sin esfuerzo! Fue un placer trabajar con todo el equipo de Moldtech, ya que fueron profesionales, serviciales y flexibles durante todo el proceso”.
Tecnología avanzada en el proceso de prefabricación
La instalación consta de dos mesas basculantes, diseñadas para producir paneles prefabricados de hormigón no pretensado. Estos paneles pueden alcanzar una longitud máxima de 13,5 m, una altura de 4,5 m y tener un espesor variable entre 80 y 450 mm. Cada mesa se suministra con un sistema de vibración eléctrico.
La mesa basculante está compuesta por un bastidor fijo, con apoyos anclados a la cimentación, y un tablero basculante que permite una inclinación de hasta 74º. Esto configura una línea de producción de 13,5 m de longitud por 4,5 m de ancho. Además, incorpora una banda longitudinal inferior, bandas transversales abatibles y un sistema de encofrado por imanes en la banda superior; todos ellos ajustables mecánicamente en altura para fabricar piezas de diversos espesores (entre 80 y 450 mm).
El proceso de basculación se efectúa mediante cilindros hidráulicos, los cuales son accionados por una central hidráulica y un armario de control principal incluidos en el equipo. La mesa dispone de un total de 14 vibradores distribuidos estratégicamente, conectados a la caja de concentración suministrada. La fijación de los encofrados magnéticos se realiza mediante un sistema de imanes, y la estructura de anclaje de la tabla está preparada para la correcta colocación de estos.
Este primer suministro representa el inicio de lo que esperamos sea una relación laboral duradera y extendida en el tiempo.




